lunes, 15 de octubre de 2012

¿ Y qué ?







Y qué si la vida es verso, prosa o seguidilla. Y qué si es el perfecto careo de la cuarta Sevillana. Y qué si tu eres errante; y qué si yo soy rara, volátil o rebelde. Y qué si Félix salta desde la estratosfera y a ti te da vértigo un paseo en coche. Y qué si los caballeros las prefieren rubias si no soy yo tu preferida. Y qué si tengo miedo, y me da por ir a oscuras. Y qué si tu acudes a misa de doce, y yo a medianoche a tu recuerdo. Y qué si paras balones, balas o besos, pero dejas que me cuele sigilosa por la escuadra. Y qué si Marcelo se lesiona, o nos quedamos sin uvas el 31. Y qué si tienes una excusa perfecta que a nadie le importa. Y qué si se nos acaba el tiempo, si inviable no es nuestra palabra. Y qué si nos equivocamos o tomamos la decisión correcta. Y qué si los Mayas están en lo cierto…




Y qué si no recuerdas nada. Y qué si lo recuerdas todo. Y qué si te hablo en uruguayo, noruego o gaditano. Y qué si al bailar te piso y me sonríes. Y qué si el Otoño dura lo que nos duró la consonancia. Y qué si un beso cura lo que no cura el silencio. Y qué si no probamos, y qué si lo hacemos. Y qué si se me quiebra la voz cuando te pronuncio. Y qué si mis latidos se acompasan con tus ausencias. Y qué si tengo una vida y no siete por mucho que aúlle a la luna. Y qué si le he contado lo nuestro a mi almohada. Y qué si has franqueado mis murallas, y me has dejado al descubierto. Y qué si mañana llueve, o si el veranito de San Miguel aún resta. Y qué si la luna mengua o se rellena, si el sol ya no calienta de noche. Y qué si salen pares o nones, si la suerte está de malas. Y qué si el Karma me traiciona. Y qué si te digo hola o firmo el adiós. Y qué si las matemáticas no son lo mío. Y qué si uno más uno son un par. Y qué si los taxistas se vuelven dulces, o Madrid se concentra en tu puerta. Y qué si la cerveza es amarga, si ya se sabe que amar es el empiece de la palabra amargura. Y qué si me canso de esperar, o si decido hacerme fuerte frente al piélago. Y qué si me das el beneficio de la duda, si puede que lo engulla y me siente mal. Y qué si la puntualidad no ha sido nunca mi fuerte, si no la preciso por el momento. Y qué si mañana ya no existes, o si no existe el mañana.












Y qué si dije cara, si sentí cruz. Y qué si me tiré al pantano y el frío caló en mis huesos. Y qué si en realidad nunca lo hice. Y qué si la estratosfera ronda los -60ºC si yo me congelo con los pies en el suelo. Y qué si eres cobarde, valiente o inseguro. Y qué si soy honesta, orgullosa e impávida. 




¿Y qué? Si hay leyendas que cuentan historias de personajes imposibles que en el más improbable de los casos consiguieron salir ilesos de batallas innombrables.








¿Y qué?



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